Debo reconocer que, cuando cerré el candado de la puerta, una extraña sensación se apoderó de mí. Por un lado, alivio, ya que por fin podíamos descansar y dedicarnos a otras actividades; pero, por otro, me invadió la tristeza de quien había perdido algo...
A partir de ahora tendremos que cambiar el chip, y dedicarnos a patear las playas en buscas de nuestras amigas, esperando que sean muchas las que consigan llegar a la edad adulta y nos proporcionen un buen puñado de datos, con los que contestar los interrogantes que nos habíamos planteado cuando iniciamos este proyecto.
Entre las novedades de los últimos días, solo una noticia y, además, negativa. Hemos tenido otra baja, N:1TT, que también ha muerto atropellada en Calamocarro. ¡Maldita carretera que se interpone entre la Estación de Anillamiento y la playa! Tan concurrida como se encuentra en estas fechas, está siendo un grave problema para la emancipación de nuestros pollos.
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