Comprobado esto, no nos queda más remedio que deambular por los tejados como gatos callejeros, aprovechando aquellos lugares en que sus habitantes no recurren al 112 para que les retiren los nidos. Para ello nos hemos aliado con los centros de enseñanza, colegios e institutos, ya que en esos lugares, al no vivir nadie permanentemente, parece que soportan con mejor predisposición los inconvenientes de tener un nido de gaviotas en el techo. ¡Y la cosa marcha bien! Ya son unos cincuenta los pollos anillados, cuando el año pasado, por estas fechas, todavía teníamos solo uno, más 7 adultos que habíamos capturado con la trampa de lazos. La jornada más exitosa fue la del 2 de junio, con el anillamiento de 17 ejemplares en el IES Siete Colinas. Además, a estas alturas hay todavía varios nidos con huevos sin eclosionar,y otros seis o siete ejemplares demasiado pequeños para su marcaje.
¡Manos a la obra!
¡Sálvese quién pueda!
¡Intentando esconderse!
Me hago el muerto...
¡Precioso peluchito!
El 4 de junio nos tocó visitar el IES Clara Campoamor, donde se imparte el módulo de Técnico en Medio Ambiente. Los alumnos de esta clase, algunos como Sonsoles e Isa pertenecientes a nuestro grupo, nos acompañaron en el anillamiento de cinco pollos pertenecientes a dos nidos. Allí nos encontramos con un entramado de hilos de nylon puestos en el tejado para evitar que las gaviotas pudiesen acceder al tejado, pero a pesar de todo, han conseguido establecerse estas dos parejas.
Los alumnos del módulo de Técnico Medioambiental han solicitado la eliminación de estas medidas, al menos durante el tiempo que tarden en volar los pollos, ya que de mantener este laberinto de nylon es muy probable que estos no puedan salir adelante.
Desde el día 4 hemos seguido trabajando y tenemos muchas más novedades, pero esas aventuras serán objeto de otra entrada. ¡Os tendré informados!
No hay comentarios:
Publicar un comentario