sábado, 4 de febrero de 2017

LARIDAYS 2017

  El último fin de semana de enero tuvo lugar el encuentro de gavioteros de la península ibérica, el Laridays 2017, tercera edición del evento que este año se organizó en el sur de España. Un encuentro con sabor a Cruzcampo (jejeje...) y tiempo soleado, en el que  pudimos disfrutar de las gaviotas a lo largo de diversos puntos de la costa gaditana.



  En la tarde del viernes los participantes estábamos citados en la Estación Ornitológica de Tarifa, punto de encuentro donde nos esperaba nuestro anfitrión, Sarry. Allí nos reunimos el equipo gallego, el ceutí y parte de los gaditanos del Estrecho, en torno a una mesa donde compartimos viandas típicas de nuestros lugares de origen: vino gallego, queso de tetilla, zambouriñas, carne "mechá", mojama, empanada de atún, dulces de Ceuta y pastas morunas... ¡Y la cerveza Cruzcampo! Tan criticada por los gallegos. Una excelente velada donde fuimos conociéndonos, ya que la mayoría de los que estábamos allí nos veíamos por primera vez, y mientras ellos nos hablaban de sus increíbles viajes y estupendas observaciones, nosotros (los de Ceuta) sorprendíamos a nuestros colegas gallegos con las cifras de la migración postnupcial de la Pardela cenicienta y el Charrán bengalí.




  A pesar de que nos acostamos tarde, el sábado tocaba madrugar, ya que más de 100 km nos separaban del punto de inicio de la excursión: el Puerto pesquero de Chipiona. Allí Rafa García tomaba el mando del grupo, ya que estábamos en su territorio. El gavioteo empezó en la Playa del Muelle, donde nos encontramos con un grupo numeroso de sombrías, patiamarillas, cabecinegras y reidoras, y entre ellas la primera anilla de la jornada; Larus fuscus YN[V9TR].



  La siguiente parada la hicimos al otro lado del Puerto, en la Playa Micaela, donde se leyeron dos anillas más de sombrías y una reidora: Larus fuscus RW[RDRN], BW[YK94] y Chr. ridibundus WN[Z89C].





 Sin entretenernos mucho, nos dirigimos a la Playa de Montijo, un amplio arenal con una preciosa zona intermareal de más de doscientos metros donde se forman los "corrales", autenticas bañeras naturales que se llenan y se vacían al ritmo de las mareas. En ellos quedan atrapados peces y mariscos, momento en que los pescadores aprovechan para recolectarlos utilizando técnicas tradicionales desde hace siglos. Allí se acumulaban multitud de limícolas, Gaviotas sombrías, patiamarillas, reidoras y algunas Pagazas piquirrojas. 







  Entre las más lejanas estaba la fuscus anillada YM[HE359], aunque con el Swarosky de Damián y la habilidad de Rafa García con su digiscoping a pulso, la pudimos leer. Por una cita anterior, tenemos foto de esta gaviota hecha por Rafa García el 07/01/2017.




  Antes de que nos diéramos cuenta, ya estábamos camino de Costa Ballena, la increíble urbanización en la que gaviotas y otras aves acuáticas conviven con los vecinos de la zona, un entorno totalmente humanizado que nos proporcionó las mejores y más cercanas observaciones de la jornada. Nada más llegar, nos paramos en una zona inundada por las últimas lluvias y directamente nos encontramos con una delaware y dos canas entre cabecinegras y reidoras.






  
  En otra laguna había una cabecinegra anillada en tibia GW[RT8N] y una Garza real YN[WAF], además de Zarapitos reales y otras limícolas. ¡Todo un expectáculo!






  Para la hora de comer nos dirigimos al lago artificial de Costa Ballena, y allí, entre bocado y bocado, observamos otra Gaviota cana y un motón vuelvepiedras entre los que había uno anillado. Repito, increíble este lugar totalmente artificial y tan lleno de vida, 






  Después de reponer fuerzas nos lanzamos otra vez a la carretera para dirigimos a las Salinas de Cetina y Santa María, lugar donde se concentraban varios miles de gaviotas. Allí pudimos ver un importante grupo de picofinas, aunque las más abundantes eran las sombrías. Entre ellas, Damián identificó una Gaviota cáspica, aunque no hubo tiempo de hacerle foto antes de que saliera volando. Aquí leímos cuatro anillas de Gaviota sombría y una de Águila pescadora.






  Cuando ya terminábamos la jornada antes de salir del lugar nos paramos un momento para fotografiar un grupo de Flamencos, con la suerte de que había dos anillados. Resulta que son dos ejemplares muy longevos con anillas totalmente descoloridas: YN [CCVB]  marcado en Francia en 1995, con un dilatado historial que incluye otra observación por la misma zona en ¡2002!; y ON [3|NP ] aunque todavía no tenemos historial por su código sabemos que es de la Laguna de Fuente de Piedra nacido en ¡¡¡1991!!!, 26 años cumple ya nuestro viejo Flamenco.



  Satisfechos con la excelente jornada de pajareo partimos rumbo a la EOT, donde a partir de las siete de la tarde debían comenzar las charlas sobre gaviotas. Mientras esperábamos a Damián, Dani y Carla, que alargaron un poco el pajareo, nos entretuvimos charlando y preparando los equipos para las presentaciones (¡no os perdáis el fondo de pantalla de mi ordenador!)




  Con las presentaciones rompió el hielo David Cuenca, que nos habló de las Gaviotas patiamarillas de la Isla de Tarifa.


  A continuación me tocó el turno a mí, que aproveché la ocasión para presentar nuestros dos proyectos, el de Patiamarillas y el de Audouin, para completar el bloque de gaviotas del Estrecho.





  En tercer lugar Damián nos hizo reflexionar de forma amena con su aproximación teórico filosófica a las Lesser gulls.



  Después Carla y Dani nos presentaron su proyecto de anillamiento de Gaviota patiamarilla en Galicia, y nos sorprendieron con su excelente página web ¡qué envidia!



  Para terminar con las charlas Salva García, a pesar de su afonía, echó el resto para hablarnos de las capturas accidentales de láridos por palangres de superficie.



  Antes de irnos a cenar repartimos las camisetas conmemorativas del evento, un chulísimo diseño realizado por Damián. Creo que todavía quedan algunas disponibles al módico precio de 10 €.



  Una vez finalizadas las actividades, llegó la hora de la cena de hermandad en el Restaurante El Rancho, donde continuamos charlando de nuestras experiencias pajareras.



  Para parte de los participantes fue una cena de despedida, porque al día siguiente tenían que partir temprano, pero unos pocos "valientes" (o tal vez "jartibles") nos fuimos a la cama con la ilusión de que por la mañana nos esperaba la expectacular Isla de Tarifa.

  Y la mañana se levantó excepcionalmente despejada y sin viento, lo que nos hizo elevar todavía más nuestras expectativas, ya que en Tarifa días como este brillan por su ausencia. 

  

  Mientras esperábamos para entrar, los "pavaneros" ceutíes nos hicimos una foto para el recuerdo.



  Por fin sobre las nueve de la mañana llegó la Guardia Civil para facilitarnos el acceso a la Isla de Tarifa...  ¡Lástima que las fotos estén restringidas en el lugar! Es difícil explicar sólo con palabras como un pequeño istmo de menos de 200 metros puede trasladarnos de una ciudad turística y muy concurrida a un paraje salvaje y aislado de la actividad humana, en el que solo se oye el ronco graznido de las gaviotas patiamarillas. Me llamó la atención como los edificios militares, conservados en un perfecto estado de abandono, poco a poco se van mimetizando con el terreno a causa de los excrementos de las miles de gaviotas, creando un ambiente que parecía recién salido de un documental de la 2.

  Lo primero que hicimos fue dirigirnos al observatorio perfectamente situado en la orilla norte del Estrecho de Gibraltar, y pasamos un buen rato disfrutando de un par de horas de observación: Pardelas baleares, Alcas, Frailecillos, Págalos grande y parásito, Charranes patinegros y Alcatraces fueron los principales protagonistas de la mañana. 



  Después paseamos por la Isla y conseguimos 28 lecturas de Gaviota patiamarilla, todas procedentes de ejemplares nacidos en ese lugar, parece que estas chicas son muy territoriales y no dejan entrar ningún ave procedente de otras colonias (aunque de eso hablaremos otro día). Hicimos algunas fotos de ejemplares que se encontraban en los alrededores del observatorio, único lugar donde utilizamos las cámaras.




 Para terminar con las visitas nos fuimos al observatorio de la Playa de los Lances, donde observamos, entre otros, Gaviotas de audouin y Pagaza piquiroja.

  Como punto final al encuentro, comida de despedida en el Restaurante El Rancho, donde nos zampamos una enorme olla de arroz vegetariano, acompañada de carrillada y chicharrones para compensar... ¡Ah! ¡Y mucha Cruzcampo! (jejeje...).

   En los próximos días iré retocando la entrada, añadiendo datos de anillas leídas, los historiales más interesantes, corrigiendo los fallos (que seguro que alguno habrá), etc., pero me parecía oportuno publicar ya la entrada para que todos los que no pudieron asistir al encuentro tuvieran una idea de los bonitos días que hemos vivido. Si alguno de los asistentes tiene fotos o comentarios que aportar serán bien recibidos. Espero haberos transmitido algo de los buenos ratos que pasamos... ¡Hasta el próximo Laridays!























  



















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