Cuatro meses después vuelvo a escribir en el blog y, por desgracia, lo hago para denunciar un caso con el que nos encontramos mucho más a menudo de lo que sería razonable: gaviotas atrapadas y mutiladas por artes de pesca.
Si normalmente Ceuta es una ciudad con gran afición a la pesca, parece que la pandemia ha desatado una pasión desmedida e incontrolada por este deporte que ha invadido todo el espacio costero ceutí. El problema no llegaría a más si no fuera por la actitud incívica de muchos de estos "deportistas" que inundan de basura y restos de aparejos nuestro litoral. Esta enorme presión tiene sus efectos ya comprobados en la ZEPA de los acantilados del Monte Hacho, de los que hablaré en otro momento, a los que se suma el continuo rosario de aves atrapadas en sedales, anzuelos y señuelos, que terminan muriendo de la forma más agónica que se pueda imaginar.
Esto es lo que le podría haber pasado al ejemplar que Javier rescató el sábado 3 de octubre y que se encontraba en esta lamentable y dolorosa situación.
Os voy a contar como sucedió todo. Estábamos haciendo la jornada de observación de aves marinas de octubre (proyecto RAM), cuando nos dimos cuenta de que una gaviota hacía movimientos extraños en la playa y no podía volar. Pronto pudimos comprobar que estaba atrapada por algún aparejo y decidimos que alguien fuese a por ella.
Fue Javier el que decidió ir a por ella y, cuando llegó a la playa, el instinto de supervivencia de esta gaviota le hizo escapar hacia el mar. A pesar de que la mañana estaba fresca (no llegabamos a 20º), Javier no lo dudó, se quito la ropa y se lanzó al mar en su búsqueda.
Cuando regresó a la Estación Ornitológica donde seguíamos haciendo el censo, nos dimos cuenta de la lamentable situación en la que se encontraba nuestra amiga. Mientras dos anzuelos le atravesaban el pico, otro se le había clavado en el ala.
Cuando vimos la gravedad del problema y que sin las herramientas adecuadas era imposible de liberar a la gaviota, llegó el turno de Miguel Angel, que se la llevó a su clínica para poder intervenirla. La operación fue complicada y tuvo que cortar los anzuelos con un alicate para evitar daños mayores. A continuación, os pongo fotos del trabajo realizado por Miguel Angel.
Aquí el pico atravesado por dos anzuelos.
Desde otro punto de vista
El ala también atravesada
El resultado después de la operación.
Cuando terminó Miguel Ángel volvió a la Estación Ornitológica para enseñarnos ya a la gaviota libre de sus "grilletes", aunque todavía anestesiada.
Por suerte, estas aves son muy resistentes y luchadoras, y 24 horas después ha podido ser liberada con éxito, portando la anilla de PVC N:89R. ¡Suerte en tu segunda vida!
Por desgracia, esta historia se repite con demasiada frecuencia. Sin ir más lejos, esta semana Andrés observaba a N:8NC enrollada en un sedal. Esta gaviota ya fue recogida en mal estado y devuelta a las playas tras su recuperación el 19 de julio de 2020, parece que este tampoco está siendo un buen año para ella.
Así estaba N:8NC cuando la encontró Andrés.
A pesar de tener las patas enrolladas en el sedal y haberse tragado un anzuelo, no fue fácil cogerla, y Andrés tuvo que esforzarse bastante para atraparla. Una vez recogida, visita a nuestro veterinario de cabecera para su recuperación.
A pesar de los esfuerzos de Miguel Angel, fue imposible extraer el anzuelo de su cuerpo, ya que debe haberse enganchado dentro del aparato digestivo. Aún así, después de un par de días de observación y de comprobar que comía con normalidad, el 3 de octubre se decidió ponerla de nuevo en libertad y esperar que consiga digerir el anzuelo por sí sola. ¡Suerte para tú tercera vida!
También el mismo día se liberó esta bonita Collalba gris, que había quedado atontada tras colisionar con el cristal de una cafetería. Afortunadamente fue recogida por personas que contactaron con Andrea y se la hicieron llegar a Miguel Angel, que tras 24 horas en observación decidió que estaba preparada para su liberación.
El día de la recogida
Durante su anillamiento
¡A volar!
Ajetreado ha resultado este fin de semana en el que se celebra el Día de la Aves. Como todo el año, las malas noticias se suceden, aunque en esta ocasión las historias han tenido final feliz. Esperemos que pase la pandemia y todo acabe como acabaron estas tres aves, de vuelta a la vida después del sufrimiento y su recuperación. ¡Un mensaje de esperanza para este final de 2020!
No me quiero despedir sin lanzar este mensaje de reproche a los pescadores incívicos que ensucian nuestro litoral con sus basuras y dejan abandonados sus aparejos de pesca, ¡ASÍ NO, SEÑORES PESCADORES!
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