Una vez que regresaron a sus casas todos aquellos que vinieron engañados por las autoridades marroquíes, un par de miles de personas deambulan por la ciudad o son alojados en los locales habilitados para su acogida, alimentados y vestidos por el pueblo de Ceuta que se ha volcado en la donación de ropa y comida para que estas personas puedan sobrevivir. Mientras, con el cinismo habitual del resto de España y la Unión Europea, muy preocupados por el bienestar de los inmigrantes pero siempre que se queden en Ceuta, Melilla y Canarias, diecisiete Comunidades Autónomas discuten sobre cuantos de los 200 menas que ya estaban antes en Ceuta pueden acoger. Hay que comprender que 200 personas en un país de 500.000 km2 pueden suponer un desequilibrio importante para su convivencia, nada que comparar con 10.000 personas llegadas en un solo día en un territorio de 19 km2 (adviértase la ironía).
Un año más, las Gaviotas de Audouin son masacradas en Ceuta. En esta ocasión no podemos decir que no se habían tomado medidas, pero la avalancha que nos vino desde Marruecos ha arruinado todas las previsiones, y la gestión posterior, una vez superado el shock del primer día, está siendo claramente insuficiente. Solicitamos al Gobierno de España medidas urgentes, que aporten soluciones a la delicada situación de Ceuta, y entre ellas gestionar el control de las personas que malviven fuera de los centros de acogida, algo totalmente razonable y que no sólo les beneficiará a ellos sino que también mejoraran las condiciones de vida de todos los habitantes de nuestra ciudad.
Pero como este es un blog de gaviotas, voy a dejar de daros la brasa con temas de tanto calado como la política migratoria, que seguro que viene muy grande a este simple pavanero, y me limitaré a mostraros la "otra cara" del drama, la que afecta a nuestro medio ambiente en general y a las gaviotas en particular.
El sábado 29 de mayo nos dispusimos a anillar las Gaviotas patiamarillas del Fuerte de Santa Catalina, lugar emblemático por su situación que siempre nos ha ofrecido jornadas muy emocionantes, como ya hemos comentado anteriormente en este blog ( ver Asalto al fuerte de Santa Catalina ).
Desgraciadamente, en vez de gaviotas nos encontramos con este dantesco paisaje.
Basura, ropa, calzado, restos de comida, envases... ¡Y un solo pollito de gaviota! posiblemente salvado porque tenía alrededor de una semana y nació después de la avalancha. Todo arrasado, no se han librado ni siquiera los Limonium emarginatum que han sido arrancados de cuajo.
Pero lo más grave es que esta dramática situación, este atentado medioambiental, no es exclusivo de una zona tan apartada e inhóspita como es Santa Catalina, si no que está extendida por toda Ceuta y ha afectado de lleno a la colonia de Gaviota de Audouin, que ha sido elegida por los inmigrantes como su refugio principal, dando al traste con todo el trabajo que venimos realizando desde hace varios años por conseguir protección para la zona, y que este año por primera vez había sido tomado con interés por parte de la Consejería de Medio Ambiente. Este es el aspecto que presentaban los límites de la colonia.
Y este es el lamentable aspecto que presenta ahora, ¡para echarse a llorar!
Cartel y valla arrancados
Basura por todos lados
Un asentamiento debajo de los nidos...
Una escalera de madera en medio de la colonia
Las consecuencias de esta invasión no se han hecho esperar, los pollitos recién nacidos esta semana huyen despavoridos antes las incursiones de estas personas, y algunos se despeñan por el acantilado. Milagrosamente, este que os enseño fue recogido en la playa todavía vivo, esperemos que pueda salir adelante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario