Nada más ser liberada, se dirigió al tejado de la casa de enfrente donde la esperaba otro ejemplar adulto.
N:4NA con su compañera
La sorpresa saltó 5 días después, cuando el jueves por la noche me volvió a llamar diciéndome: "¡La tonta de la gaviota ha vuelto a caer! Sé que es la misma porque lleva las anillas que les pusiste". Como los dos trabajamos por la mañana, hubo que esperar a la tarde del viernes para la nueva "operación rescate".
Cuando la liberé volvió a dirigirse al tejado de la casa de enfrente, pero esta vez no la esperaba sólo su pareja, ¡Dos pequeños pollos hambrientos salieron a su encuentro!
Suponemos que la insistencia de andar por esta estrecha terraza está justificada por la presencia de nidos de vencejos en ese lugar, y tal vez haya quedado atrapada después de intentar cazar algún ejemplar de los que por allí se mueven. Esperemos que, a partir de ahora, nuestra amiga tenga más habilidad para evitar estas "terrazas trampa", pues sus polluelos necesitan de su aportación para salir adelante.
Una historia con un final feliz! :-)
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